Una hinchada diferente


Más allá del decepcionante empate contra Chile que ha acabado con las existencias de calculadoras en nuestro país, hay un aspecto que quiero resaltar.

Pocos han reparado en el cambio socio-cultural que ha vivido la hinchada celeste, de antaño temida por sus cánticos de guerra que intimidaban a los adversarios, sus insultos soeces a los árbitros y a Grosnile (ahora devenido en Grossmüller).

Gracias a los módicos precios de las entradas fijados por el presi Corbo ahora los uruguayos podemos disrfutar de una hinchada más educada, más reflexiva acerca de los ancontecimientos que se ven sobre el field, y hasta más respetuosa por el espectáculo.

Si los presidiarios, digo periodistas deportivos se esmeran en hacernos entender que los soceroos son los verdaderos actores del espectáculo, está bien entonces que no se les grite mientras desempeñan la obra que sus DT les dictan. ¡Al fin cultura!

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